sábado, 13 de febrero de 2010

El chico nuevo

Narciso se sienta siempre en la última fila. Le gusta pasar desapercibido. No quiere ser el centro de atención del grupo, parece tímido.
Narciso sonríe soslayadamente pero al detenerte y observarle con atención te atrapa una especie de magnetismo extraño. Parece algo inseguro, como melancólico y con un gran mundo interior. Su envoltura no refleja lo que hay dentro de él, oscuros laberintos atravesados por múltiples pasillos y recovecos repletos de originalidades extremamente bellas.
Narciso sabe que es especial, que es diferente y en cierto modo mejor que el resto, lo sabe desde siempre, se lo inculcaron desde pequeño. Y terminó creyéndolo.

Pero el mundo exterior parece no darse cuenta, nadie le ve y por eso se aisla de ellos. Podrían ponerle delante un espejo que contradiga todo lo que cree sobre sí mismo. Muchos opinan que es un pobre chico, sin autoestima ni personalidad, facilmente influenciable y que cambia de opinión con el viento... Lo que le pasa es que tiene herido su narcisismo y no sabe como dejar de sangrar.